“Debe ser el calentamiento global”

Source: Fundación Vida Silvestre

“¡Larga vistas! Si no se ve quién canta…” Pobre señor vendedor, intentando lucrar con un producto completamente irrelevante. Como si fuera necesario abrir más los ojos para que la calidez y el sentimiento de esa voz única y bastante conocida te hagan sentir como si te encogieras en tu asiento. Incluso si alguien mantuviera sus ojos cerrados, podría sentir algo aún más fuerte.

Con un estilo casual, jeans, una remera negra sobre otra gris, el pelo secado al viento, Elena Roger se subió el sábado 26 de marzo al mismo escenario que un par de días atrás había sido recorrido por nada más ni nada menos que Plácido Domingo. Quizás la cantidad de butacas no fueron las mismas, pero la cara de esa artista que personificó a la mismísima Eva Perón, convocó a un número inmensurable de personas en la intersección de la Avenida 9 de Julio y Corrientes. Como miembro activo de la Fundación Vida Silvestre, vistió la remera de “La Hora del Planeta” que tiene un 60 dibujado como símbolo oficial de la campaña.

Elena Roger en el medio, un cajón peruano a su izquierda y dos guitarras, una eléctrica y otra criolla, a su derecha era todo lo que se necesitó en ese momento. Para romper el hielo, comenzó con un chiste no tan chistoso pero adecuado a la ocasión: “Pensé que iba a hacer más frío… debe ser el calentamiento global”. El cielo estaba despejado, como si supiera que era el día elegido para disfrutar de las estrellas aunque sea por una hora en una ciudad donde las luces están constantemente prendidas y opacan el brillo de los astros.

Después de un par de “uno, dos, tres… ah, ah” para comprobar el sonido, el rasgueo de la guitarra hizo callar a la multitud. Acordes conocidos llevaron a la primera canción que provocó instantáneos aplausos. La voz de la actriz preguntó alto y claro, ¿quién dijo que todo está perdido? Y luego anunció que venía a ofrecer su corazón. Un clásico de Fito Páez del cual se adueñó y modeló a su antojo.

Luego, mediante unos cuantos “rema, rema, rema”, Rogers interpretó la canción que al uruguayo Jorge Drexler le costó un Oscar por la película Diarios de Motocicleta como mejor canción original: “Al otro lado del río”. Siempre con una sonrisa, la cantante transmitía su emoción y lo que cada palabra significaba para ella.

En total fueron cuatro canciones más la repetición de “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, donde el público la acompañó mediante palmas y cantando el estribillo. Su postura fue prácticamente estática pero eso no fue impedimento para que con cada agudo, cada nota, cada melodía penetre la piel de los oyentes de una forma que llegaba directamente a la sangre y la hacía correr aún más rápido. No faltó el “una más” y los aplausos de pie, que bien merecido los tenía. Y por si fuera poco, mostró más corazón al presentar a los miembros de Taiko, un grupo de percusión japonesa, y recordar la tragedia que no hace muchos días azotó a Japón.

Para más información, se puede visitar la página de la Fundación Vida Silvestre Argentina.

Una respuesta

  1. Me gusta mucho el artículo, realmente lográs transmitir el clima y la atmósfera del evento.
    Te felicito!

    20/04/2011 en 02:16

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